PARAJES NATURALES -MONASTERIO DE PIEDRA-
- MONASTERIO DE PIEDRA-
Hoy nos vamos de viaje a la
provincia de Zaragoza, concretamente al Monasterio de Piedra . Probablemente el rincón natural más conocido de esta provincia, y ciertamente
merece la fama de “maravilla de la naturaleza”.
A una hora y media de la capital
de provincia, vale la pena recorrer la serpenteante carretera nacional que nos
lleva hasta aquí para disfrutar de este oasis prácticamente en medio de la
nada, solamente algún pueblecito con encanto como Nuévalos en la cercanía. De
hecho, el recorrido por esta carretera no te prepara para lo que te espera al
final del camino. No ves excesiva vegetación hasta que no doblas la última de
las muchas curvas que hay y te encuentras de golpe con la naturaleza en su
máxima expresión.
Preparadísimo para el turismo,
con todos los equipamientos y comodidades posibles para que la visita sea lo
más agradable posible. Si bien es cierto que esto es un arma de doble filo y al
acabar la visita no puedes obviar un sentimiento un tanto contradictorio. Por
un lado de haber disfrutado de un paraje y unos paisajes maravillosos; por
otro, saber que la naturaleza en este caso se ha “retocado” por la mano del
hombre para hacerlo todo más bonito para el visitante y que no es un paisaje
original, con un cierto regusto de parque temático. Pero hay que destacar que finalmente la parte
dulce le gana la partida a la parte agria y la visita acaba con un muy buen
sabor de boca.
Antes de empezar la visita, que
dividiremos en dos partes, por un lado el monasterio cirstenciense y por otro
el parque natural, hay de todo para hacer la visita más cómoda. Un aparcamiento
con muchísima capacidad de coches y autobuses a dos minutos de la entrada,
aseos públicos, cafetería, dos restaurantes con diferentes rangos de precios
(uno más económico con un menú bastante correcto por 14 euros y otro para
bolsillos más generosos), tienda de regalos, parque infantil, merendero por si
prefieres llevar tu propia comida… en fin, nada que objetar en este sentido.
La entrada, que incluye el
recorrido por el parque natural, la visita guiada al monasterio y un
espectáculo de aves rapaces cuesta 16 euros, aunque los precios son más
reducidos para niños, mayores, grupos e incluso descuento si la compras con
adelanto por internet.
¿Empezamos con la visita?
Adelante pues. Cruzamos el rodillo y echamos a andar. Optamos por comenzar
haciendo la ruta del parque natural, una senda que en todo momento va
señalizada con flechas para seguir un itinerario recomendado que nosotros
tardamos unas dos horas en recorrer y que te va guiando a través de rincones,
lagos, cascadas y otros rincones en los que no puedes evitar quedarte con la
boca abierta disfrutando de las vistas.
Trás la cascada |
Una vez terminado el recorrido
decidimos ir a comer el menú de 14 euros que hemos comentado antes (nota
mental, la próxima visita preparar un picnic para comer en alguno de los merenderos
rodeados de cascadas) para coger fuerzas y hacer la visita al monasterio. Nosotros fuimos al restaurante Monasterio de Piedra. Un menú correcto con un solo punto negativo a destacar: el "Arroz aragonés", un sucedáneo de paella con calamares, carne y guisantes.
Una vez en el interior del Monasterio Cisterciense del Siglo XII, hicimos la visita por nuestra cuenta pero hay visitas guiadas prácticamente a
cada hora. Se puede pasear tranquilamente por el interior y contagiarse de la
tranquilidad que rezuma, gracias de nuevo a realizar la visita en octubre y no
en temporada alta.
Antes de acabar el día, asistimos
a la exhibición de rapaces (un detalle que te pongan un sello en la entrada
para poder entrar y salir del parque las
veces que quieras), que cumple pero sin ser inolvidable.
¡A tener en cuenta! Una vez empezado al espectáculo sólo se puede acceder a los bancos cuando los cuidadores que hacen el espectáculo lo permitan, pues así lo indican justo antes de empezar. Porque las aves necesitan tranquilidad y quietud a la hora de volar entre las personas.
Conclusión, una visita imprescindible
para reconciliarte y disfrutar con la naturaleza aunque sea con toques
artificiales. Aconsejamos fervientemente, eso sí, evitar la temporada alta para
hacer el recorrido sin marabunta de turistas alrededor para que sea una mejor
experiencia.
Continuaremos con nuestros post.
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